Con sus 2300 metros de altitud, el Tozal de Mallo se alza, con una imponente verticalidad, sobre los sombríos bosques de abetos del valle de Ordesa. Con sus verticales paredes de roca roja y dorada de unos 400 metros es una atracción para los escaladores, así como una de las cumbres más conocidas y características de Ordesa.
Aunque parezca inexpugnable si se mira desde abajo, cuenta con dos bonitas rutas de acceso a su cumbre caminando a través del Circo de Carriata, con mucho ambiente.
Su imponente cara sur fue escalada por primera vez el día 21 de Abril de 1957 por 5 escaladores franceses (Noël Blotti, Claude Dufourmantelle, Claude Jaccoux, Marcel Kahn y Jean Ravier) tras 17 horas de escalada y 1 vivac. Por aquel entonces, esa primera ruta se llamó 'Vía de los franceses', pero hoy en día, es más conocida como la Ravier al Tozal del Mallo.